28 septiembre 2012

Crítica: Hotel Transylvania



¡se acabaron las pesadillas!










A donde van los monstruos del cine clásico como Frankenstein, El conde Drácula y La momia cuando quieren un descanso? ¿Que pasa cuando una joven vampiro tiene sueños de escapar de ella misma? Estas preguntas son formuladas y resueltas en Hotel Transylvania, sin duda una muy divertida comedia de Adam Sandler (en la voz original de Drácula).



Sandler interpreta a Drácula, un vampiro desconfiado que desprecia a la raza humana por que cazaron y mataron a su alma gemela, dejándolo al cuidado de la única hija de la pareja, Mavis (voz original de Selena Gómez). Ansioso por protegerla de la sociedad sedienta de sangre, Drácula construye el complejo del titulo en algún lujar montañoso de Europa donde criaturas legendarias utilizan el lujoso castillo como un lugar a donde escapar cuando desean descansar de aterrorizar a los ciudadanos del mundo.


En la víspera del cumpleaños 118 de Mavis, todos los amigos de Drácula llegan para la celebración: Frankenstein, El hombre lobo con sus hijos, Quasimodo y El hombre invisible, por nombrar a unos pocos, pero llegan los problemas cuando un vago con mochila toca a las puertas del Hotel y comienza una relación amorosa con la chica del cumpleaños.


Recomendable en 3D por una serie de secuencias que implica el vuelo de una mesa en un gran salón. En Hotel Transylvania podemos disfrutar de una divertida historia de mostuos ideal para los más pequeños y no tanto, El hombre y El mosntruo no sólo viven en el cine de terror-maniaco, sino afortunadamente los clichés que rodean a estos seres se rompen con un film cómico que nos hace pensar que los monstruos también se cansan y decir; realmente le tenia miedo a esos seres, una serie de elementos y chistes un poco extraños hacen que tengamos que reservar un lugar en el viaje a Hotel Transylvania.