01 marzo 2013

Crítica: La hija de mi mejor amigo



Estreno 8 de marzo de 2013


Un tema muy polémico: Romance entre un hombre mayor y una joven estudiante universitaria.

La película: "La hija de mi mejor amigo", es un reflejo de la crisis de los 40 en hombres maduros, una vida rutinaria que se vuelve una tumba.

Usted cuántos años lleva de casado, en verdad está feliz con lo que tiene, necesita nuevas emociones. Es un buen tema de reflexión, una vez más el cine nos enfrenta nuestra realidad.

Dos familias que desde años atrás comparten miles, vieron a sus familias crecer, a los hijos crecer y un giro del destino pone a temblar a Orange Drive, los Walling y los Ostroff, nunca serán los mismos a partir de la llegada de Nina.


Nina Ostroff (Leighton Meester), que recientemente terminó con su prometido Ethan (Sam Rosen), regresa a casa para el día de Acción de Gracias después de cinco años de ausencia. En lugar de desarrollar un interés en el exitoso hijo de sus vecinos, Toby Walling (Adam Brody), cosa que complacería mucho a ambas familias, es el mejor amigo de sus padres David quien atrapa la atención de Nina.



Cuando la conexión entre Nina y David se vuelve innegable, las vidas de todos se ven trastornadas, particularmente la de Vanessa Walling (Alia Shawkat), la mejor amiga de la infancia de Nina. No pasa mucho tiempo antes de que las ramificaciones de su relación empiecen a causar impacto en todos los miembros de la familia de formas inesperadas y graciosas, llevando a todos a reavivar sus vidas, examinar lo que realmente significa ser feliz, y darse cuenta de que lo que a veces puede parecer como un desastre resulta ser exactamente lo que necesitabas.