11 enero 2013

Crítica: La cebra



Estreno el 18 enero de 2013


La cebra, película mexicana, me dejó un buen sabor de boca, me encantaron los diálogos y la fotografía es preciosa, aunque no podía faltar el “pero”, a mi gusto y el ritmo de todas las películas que vemos, es “lento”, falta de ritmo, se hace un tanto larga.

La trama es genial y muy creativa, un par de “revolucionarios”, pues más bien de peones de hacienda que rodean la revolución, Leandro (Jorge Adrián Espíndola) y Odón (Harold Torres), dos amigos, que por circunstancias del destino se encuentran una Cebra, solo que su ignorancia es tal, que no saben a ciencia cierta con que se toparon después de haber matado a su dueño, un “gringo cirquero”. Así que andan con la cebra diciendo que es un caballo gringo llamado “focker”; después se encuentran con un singular “mini” pelotón Maderista, donde se enteran que se trata de un caballo africano.


Las motivaciones de Leandro y Otón, son muy diferentes; Leandro busca a su padre que se encuentra trabajando en una hacienda de la Familia Obregón y Otón, lo sigue, pues Leandro le vende el cuento de que debe luchar por tierra y libertad.

Trágico es el final de Leandro, pero el astuto y ladino Otón se queda con todo lo que le pertenecía a Leandro.